domingo, 11 de diciembre de 2016

MULATO

Bajo un sol escondido tras las montañas castellanas

Corre el tiempo apurado en un 2016 que se desboca en ignorancia

Mulatos se reúnen en un parque rodeado de personas que vigilan

Ellos provenientes de tierras desconocidas

Tierras abatidas por la guerra que destruye todo a su paso

Asustados, buscan refugio en un brazo hermano

Mulatos y mulatitos caminan al través del campo

Lugareños acuden intrigados por lo que está pasando

Se sorprenden por sus colores, por su lengua forastera

Olvidaron que todos partimos de una misma lengua

Un rayo cruza el cielo amedrentando a los viajeros

El viento susurra como metrallas de pólvora

Ellos mulatos caen en la madre tierra

Que abre su manto protegiéndolos del que no los tolera

Militares cargan las armas y apuntan al infinito

Cargan los látigos del desprecio viperino

Corren, no, vuelan al son de un réquiem

Siguen las órdenes de matar al que no entienden

Se levantan muros de cemento a lo lejos

Cúpulas de plomo vigilan desde lo alto

El mulato triste llora por lo arrebatado

Le han arrebatado su sueño “americano”

Le han quitado el sueño de estar en un mejor bando

El río triste se queda en silencio


Los arboles manifestantes dejan entrar al invierno

El sol se va, no quiere saber de este duelo

Un duelo  del hombre que dejo de ser bueno

El hombre que olvidó que el también necesitó un suelo

Pájaros anuncian que un diluvio se aproxima

El cielo llora al ver a todos sus mulatos muertos

Emite quejidos transportados en vendavales incontrolables
Grita de angustia por lo arrebatado

Y grita aún más porque esto no ha acabado

Me pregunto yo un simple mortal condenado

Si somos de un mismo suelo, ¿por qué nos matamos?

Si solo ésto queda no sé si vale la pena volver a levantarnos

Te digo a ti mulato, forastero o cualquier maltratado

Nada de esto pasará como si no hubiese pasado

En una nueva vida habremos de encontrarnos

Y cuando eso ocurra espero no lamentarlo

Porque en ese entonces seré yo mulato

Y si ahora te hago daño

Mañana he de pagarlo.



                                               Mulato por “la bandida”

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Circulo Dantesco

Mi nombre no es muy importante, solo estoy aquí contando de alguna manera como alguna vez estuve en tu lugar. 
Lo que escribiré a continuación abrirá heridas que se estaban sellando, llámenme masoquista si quieren pero me nace contarlo para que ninguna mujer, niño o niña pase por lo que pasé. A veces incluso despierto con lágrimas al recordar.
Durante toda mi infancia hasta que tuve trece años viví en Colombia, mi país de origen. Allí la sociedad está gobernada por un maldito germen que al parecer nadie quiere erradicar por miedo o resignación, la verdad es que nunca lo he entendido. Desde siempre crecí con mi tía abuela, una mujer como diríamos allí <<chapada a la antigua>>, ella era de las que decía que el deber de la mujer será siempre complacer al hombre de la casa. Nunca estuve de acuerdo con ella. 
Desde que tengo consciencia siempre he tenido un libro en la mano, cosa que me ayudó a observar la realidad desde otra perspectiva, más crítica, menos conformista, nunca estuve de acuerdo con la mentalidad de mi tía abuela porque eso sería admitir que era inferior a los hombres, no podía aceptarlo porque eso sería aceptar que el marido de ella tenía excusa por golpearla, sobra decir que fue ese odio hacía él lo que provocó mi rebelión hacía esa costumbre.
Jesús Rodríguez es el tipo más despreciable, en mi opinión, que existe sobre la faz de la tierra, lo odié con todo mi ser y a pesar de que ahora ya no lo odio, cada vez que escucho su nombre mi estómago amenaza con devolver su contenido. Mi primer recuerdo de este espécimen porque no merece el título de hombre, es golpeando a mi tía abuela, a veces escucho incluso el resonar de su puño en su mejilla, una y otra y otra vez, solo porque su equipo de fútbol perdía, por celos, no necesitaba un gran motivo para cerrar su mano, para levantar su patada, para despreciar y dañar todo a su paso.
Cada año que pasaba, iba creciendo una impotencia en mi al no tener la suficiente fuerza para enfrentarlo, para quitarle su sonrisa mezquina, para al menos protegerla a ella. Esta impotencia se fue acumulando transformándose en ira y violencia que liberaba peleándome con todo aquel que se atrevía a levantarme la voz, digamos que mi comportamiento en el colegio dejaba mucho que desear. En casa las cosas seguían igual, eso que dicen las religiones de que el infierno se vive después de esta vida si eres malvado no es cierto, que va, el infierno se vive aquí en la tierra y el mío era en esa casa, un circulo dantesco que no dejaba repetirse.
La cosa más baja que he llegado a pensar y casi cometo fue la siguiente: una tarde, yo volvía del supermercado de comprar algunas cosas, entré y lo encontré a él golpeando a mi tía abuela con un machete, yo tenía ocho años y al ver esto me dirigí sin ninguna vacilación hacía la cocina, tomé un cuchillo dispuesta a apuñalar a ese hombre para evitar que la matara a ella, lo único que yo tenía. Antes de ir al salón, tomé el teléfono fijo y marqué a la policía, no tuve ni que decir la dirección, habían ido tantas veces que ya lo sabían de memoria, con esa determinación fui a toda velocidad hacía  él, levanté el cuchillo, él se giró y me lo quitó y a continuación ignorando a mi tía abuela levantó su mano para golpearme, no llegó a tocarme, en el segundo  que levantó su mano todos los amigos de aquel que se llamaba a si mismo mi padre se lanzaron en mi defensa. En aquel momento no pasó nada, a pesar de que denunciamos a Jesús. Al parecer para proceder con una denuncia debes estar medio muerto.
Este hecho me marcó, desde entonces estoy totalmente en contra del asesinato, tuve que estar a punto de cometer uno para entender que en el mundo terrenal existe la justicia, no hay que tomarla por nuestra cuenta, solo ganamos arruinarnos nuestra vida por alguien que no merece eso si quiera.
Hoy tengo diecisiete años, la vida misma me ha ayudado a madurar, y aceptar que lo único que se necesita para alcanzar la justicia es luchar por ella, luchar con esas personas que necesitan tu ayuda para enfrentar a alguien que es mucho más débil, eso hicimos mi tía abuela y yo:
Tenía doce años cuando ocurrió, Jesús llegó un día borracho buscando a mi abuela para pegarle porque había perdido su trabajo y la culpaba por ello, yo al verlo, me dije a mí misma con mi entonces jerga colombiana popular <<por esta que hoy no la toca, primero me hago matar>>, me puse delante de él y le dije: <<vea escoria, usted a ella no la va a tocar, primero tenes que pasar sobre mi cadáver>>, él me empujó, después me dio un puñetazo, yo caí al suelo, no sé cómo, puede que fuera la adrenalina, me levanté de nuevo y lo empujé, entonces pasó lo que creí que nunca creí que pasaría: mi abuela lo llamó y cuando él se giró ella le clavó un puñal en su brazo, él cayó al suelo sorprendido y asustado, se arrodilló y rogó que no lo matara, ella no tenía esa intención, lanzó la navaja al suelo y le dijo al policía que estaba a mi espalda que se lo llevara, sobra decir que lo denuncié por ese golpe, ese golpe fue el que lo condenó.
No justifico la violencia como acto de valentía, el <<navajazo>> que le dio mi abuela a Jesús no es lo que me hace admirarla, lo que realmente me hace llenarme de orgullo fue que ella rompió el silencio y lo confrontó, entendió por fin que tanto mujeres como hombres merecemos respeto, igualdad, nadie merece ser golpeado.
“Di no a la violencia de género, no te quedes callado, denuncia, un amor que golpea no es amor”



lunes, 21 de noviembre de 2016

DEMONIOS EN LA NOCHE

PRÓLOGO:
Un día caluroso, viento seco, hojas marchitas, sangre secándose al instante como si nunca hubiese sido derramada.

No eran ni dos ni tres los cadáveres que se encontraban tendidos en el suelo, derrotados por mi propia imprudencia, eran más de 10.000 cuya muerte alimentaba las cálidas arenas con el llanto materno y conyugal. No debería haber sido así, yo el gran estratega árabe, me había equivocado, no debería haber sido así.

Después de ese día gris, yo el estratega nunca olvidé mi decisión suicida, por eso no tuve ni que pensar dos veces la retirada que emprendí. Esa decisión se tiñe sobre mi cabeza, recalcandome todas las muertes provocadas, todas las familias rotas, incluida la mía que se perdió con la muerte de mi esposa: Guadalupe.

Ya han pasaron 5 años desde esa batalla, no recuerdo, no olvido, ya he muerto, ¿de verdad sigo vivo?, deliro, sí eso debe ser, un ser como yo no merece estar vivo sin embargo ese es mi castigo, estos son mis demonios en la noche...  
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domingo, 20 de noviembre de 2016

DEPRESIÓN

Como quisiera llegar a ti 
bajar del cielo una estrella apagada
para que vieras mi alma vacía por todo lo que he perdido


Soy la amapola triste que el río lleva a rastras
ese río busca acabar con mi destino
mi destino que ya no me importa
porque tú eras eso
y tú también te has ido

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LUCIALA

Sueño,¿de verdad es un sueño?
saludo a los árboles que me arrancan una sonrisa
el suelo me entume los dedos
y la sed me obliga a ir a un arroyo
me acerco al borde ¿qué veo?
veo tus ojos cargados de odio
y fluye un río en mi interior
por mi miedo atroz de no tenerte
pues al saber qué es el vivir
vivo durmiendo
por eso sueñoResultado de imagen de mundo de los sueños

INSOMNIO

Morfeo me abandonó y sus brazos ya no me sostienen 
sus ojos se alejaron de los míos y me dejó a los pies del insomnio
él me fatiga, abate y no me permite cerrar los ojos
él me recuerda que estoy en una vil calle llena de amargura
él se olvidó que todavía siento

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NOCHE DE INVIERNO

Los pájaros cantan estridentes melodías
sí, siguen posados en la rama de la amargura
sus alas son alas encendidas en un fuego que no cesa
su pico cae como las hojas caen en otoño
ese pájaro, una golondrina llora despechado
llora una pérdida que no es pérdida porque no la tuvo
llora mientras cae el sol por la montaña
llora en esta noche de invierno...

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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Yo soy el cantante

Yo soy la cantante y vengo a cantar, así dice una de mis canciones favoritas de el maestro Héctor Lavoe, quise tomar esta frase porque yo también soy la cantante, en la vida todos tenemos un repertorio, tan continuo como un ciclo que no cesa, sin embargo, soy una cantante diferente porque estoy hecha de otra madera, si me preguntas que es lo que más me molesta ahora te diría que me molestan las injusticias: El bullying, la guerra, el maltrato hacía la mujer y el asesinato.

¿Pero oye qué carajos pasa en el mundo?, se supone que somos de una misma especie sin embargo no podemos soportar ser iguales pero tampoco soportamos ser diferentes, maltratamos por nuestros propios demonios, odiamos nuestro sufrimiento pero claro nos encanta hacer sufrir, nos sentimos más machos, mas varones, mas mujeres, más poderosos, pero el poder de nada te sirve si no entiendes su significado.

Soy la cantante que se ahoga en las palabras, en acordes y en canciones porque no soporta su realidad, vive atormentada porque no le gusta el tormento ajeno, pero así soy yo: LA CANTANTE

"Recordando a un duro de la salsa, gran músico y cantante: Héctor Lavoe"

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Mujer

Tú eres la rosa más delicada del campo de la vida
tú repleta de delicadeza y de una fortaleza que ocultas tras la sonrisa
tú la aurora divina que Dios me regaló, ¿por qué permites que te aflijan?

Soy el compás de esta canción que tu diriges 

permitéme tu venia y has de mi lo que vos digas
pero no permitas que sea yo quien te domina

Mujer callada, golpeada por el macho que en la mañana te grita

grita tú más fuerte porque ante ti el cielo se inclina
no finjas no darte cuenta que es él quien te lastima.



"Solo TÚ sabes cuánto te amas, nunca permitas que ningún desgraciado te haga sentir inferior, eres la única dueña de tu destino, así que si te maltrata de algún modo: DENUNCIA"





lunes, 14 de noviembre de 2016

Gemelos

De nuevo en casa de un desconocido o conocido, ya no lo sé, recorro la habitación de mi víctima, que estúpidos son algunos humanos que consideran seguros espacios que son más inseguros que quedarse desnudo en mitad de Sodoma y Gomorra. Escucho pasos en el pasillo, la llave en el cerrojo, preparo mi cuchillo y me siento en el sofá
-¿Eres Lucía Winckett?, arqueo la ceja para aparentar tranquilidad
-Sí, ¿usted quién es, que hace en mi casa?
-Lástima nena, te llegó la hora. La tomé del cuello y le perforo la yugular, la vi desangrarse poco a poco, vi como sus ojos fueron perdiendo la chispa de la vida, cuando estuvo totalmente muerta, cogí su cuerpo y lo hice rodar por el suelo, hasta que quedó boca arriba, tomé mi cuchillo y dejé mi marca, a continuación, llamé a la policía que al llegar me miraron con humor diciéndomen:
-Señor, debería tomarse la pastilla, en ese instante me desperté envuelto en sudor con las manos temblando, con esa sed inexplicable y totalmente excitado, aturdido saco mis piernas de la cama y me dirijo a la cocina, saco la botella de whisky y me tomo un trago, algo en el sueño hizo que los sentimientos ocultos dentro de mí volvieran a nacer, culpa, confusión pero el peor de todos era el deseo: deseo de sangre, Marcelo Olivares había vuelto.
Marcelo Olivares es lo peor que pueda existir, cabe destacar como dato importante que yo era Marcelo bueno soy ahora, me costó mucho matar a Marcelo después de lo que él casi me llevó a cometer, por eso desde entonces vivía oculto en una destartalada casucha a las afueras de Newcastle, oculto de todos a los que podía poner en peligro, llegó un momento que dentro de esa soledad Marcelo se fue alejando, hasta esa noche en la que Nicolás se atrevió a recordar, ese fue el primer paso de la recaída.
Sin poder evitarlo Marcelo se pone su traje negro, se mira al espejo con aire de suficiencia y sale a la calle. Nicolás intenta retenerlo, pero quien manda ahora es Marcelo.
Marcelo sabe a dónde ir, lleva un buen tiempo queriendo ir allí, el bar moscorrofio tiene todo lo que él busca: sexo, mujeres, dinero, más sexo y por último y más importante: personas inferiores en todo a él para matar. Con su porte de Dios griego se dirige hacia la barra atrayendo por supuesto las miradas de varias señoritas y algunos caballeros, no puede evitar sonreír a lo que Nicolás dentro de su mente le espeta <<cerdo engreído>> pero Marcelo no presta atención, solo se sienta en la silla y con la voz ronca y varonil pide al camarero un whisky en las rocas, su bebida favorita, el camarero eficiente se la sirve enseguida, él la toma, se toma unos minutos en olerla para después beber, sintiendo el delicioso escozor en su garganta, al levantar la mirada del vaso se da cuenta que la mitad de las féminas están conteniendo un suspiro, excepto una, parece que se está riendo de él cosa que le agrada a Marcelo quien está deseoso de un reto, termina su bebida de un trago, y con voz autoritaria le señala al camarero donde debe servirle la siguiente ronda, con paso decidido se acerca a la chica y cuando por fin la tiene en frente le dice con su ya tan conocido tono seductor:
-Veo que la divierto, ya que lo hago, por lo menos merezco saber el nombre de la mujer a la que estoy alegrando la noche
-¿y quién le ha dicho a usted que es el causante de mi risa?, podría estar riéndome por algo que he leído, recordado o visto
-sin embargo a la persona que miraba era a mí, así que no pudo haber leído nada en su teléfono, tampoco trae un libro y respecto al recuerdo, son solo eso recuerdos referentes al pasado pero casualmente estamos en el presente así que es atemporal si lo hiciese
-¿Esa es su forma de ligarse a una mujer?, no creo que surta efecto
-Se equivoca, la forma en que yo ligo a una mujer es…mejor se la enseño, y sin decir más Marcelo toma a la desconocida, la atrae hacia sí y la besa permitiéndose explorar esa boca tan impertinente, ella recibe el beso sin objeción, lo cierto es que esa noche quiere permitirse una aventura pasajera, de todas formas a la mañana siguiente no estaría allí, el beso en cuestión va subiendo de intensidad, hasta que el camarero los interrumpe informándole a Marcelo que su copa está lista, él no mira con enojo, toma la copa se la bebe de un trago, le da un billete al camarero se acerca a su oído y le susurra en un perfecto latín: <<Ego istuc curabo postea>>, el camarero sorprendido se retira lo más rápido posible temiendo por su vida o peor aún por su masculinidad, Marcelo vuelve a besar a la desconocida, a continuación la toma de la mano y se la lleva a su auto con rumbo a su casa.
Al llegar al lugar, la desconocida se sorprende por el estado de la casa, algo deteriorada pero con el resplandor de una mansión del siglo XVIII, Marcelo aprovechando que se distrajo saca el arma del coche y se la pone detrás de su pantalón para cuando acabara con ella, la misteriosa chica del bar que con ese beso quebrantó su propia maldad.
Al entrar, la desconocida tomó a Marcelo de improviso besándolo de la manera más candente posible, él dejándose llevar por el impulso de ella, la llevó al cuarto donde alguna vez sintió algo por su difunta esposa Eleonora, la tumbó a la cama y sin ningún preámbulo la desnudo, vanagloriándose al tenerla tan expuesta delante de él, así la noche fue pasando y Marcelo con cada vez que hizo suya a la desconocida que en momento de pasión le dijo su nombre: Tatiana, fue dejando de ser Marcelo para volver a ser Nicolás, tanto fue lo que impactó Tatiana a Marcelo que a pesar de haber podido dispararle cuando ella se quedó dormida, él no lo vio necesario, acababa de conocer algo más satisfactorio que quitarle la vida a alguien, acababa de descubrir el amor, con esto Nicolás pudo liberarse del recuerdo de su hermano gemelo muerto, por fin dejo ir a Marcelo.
A la mañana siguiente Tatiana despertó en los brazos de él, le acarició el rostro y con sus ojos llenos de lágrimas lo beso y le dijo:
-Gracias por volver Nicolás, gracias por elegirme a mí.

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